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Me ocurre como en tiempos de Noé,
cuando juré que las aguas del diluvio
no inundarían otra vez la tierra:
juro ahora no encolerizarme
ni volver de nuevo a amenazarte.
10 Aunque se muevan las montañas
y se vengan abajo las colinas,
mi cariño por ti no menguará,
mi alianza de paz se mantendrá
dice el Señor, que te quiere.

Rasgos de la futura Jerusalén

11 ¡Ciudad abatida,
zarandeada y desconsolada!
Yo mismo recompondré
tus piedras sobre azabache,
reimplantaré tus cimientos sobre zafiros;

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